¿Dónde se narra la Navidad?
¿Sabes en dónde aparecen los reyes magos, quién nos narra lo de los pastores o de dónde sale la estrella de Belén? ¿Son tres cuentos de Navidad?… no. Son tres historias que nos han llegado en los evangelios. Es muy interesante ver lo que narra cada una, y es lo que quiero hacerte ver ahora, cómo nos ilumina cada una de estas narraciones, que no son diferentes sino distintas. Me dirás que son cuatro, pues son cuatro los evangelios… ya lo veremos. Y tal vez te asustes si te digo que en realidad son sólo dos.
Empecemos con san Marcos, en su evangelio, va directamente al bautismo en el Jordán, la vida pública de Jesús. Por eso es que tenemos tres narraciones del Nacimiento de Jesús.
1. San Mateo: Sueños, Reyes y Egipto… Mateo 1, 18 – 2, 23
Mateo, después de darnos la genealogía de Jesús comienza a contarnos cómo fue que vino al mundo el Salvador. Con un lenguaje muy sencillo, es el evangelista que más nos cuenta sobre el gran misterio del nacimiento del Niño Dios.
El sueño de José
“María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no han vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo.”
Sin duda, ésto, no dejó indiferente a José y por más que la quisiera no había explicación humana, así que decició lo que la ley le permitía hacer… dejar a María. Había tomado la decisión y en un sueño un ángel de Dios le habla y le dice «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados».
Menos mal… “Así se cumplía la profecía de Isaías: “La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel”, que traducido significa: «Dios con nosotros».”
Y así, sin más detalles nos dice que la recibió en su casa y ella dio a luz y le pusieron Jesús.
Los Reyes Magos
Nos vamos al segundo capítulo y se nos narra un hecho algo misterioso pero que hoy día nos trae muchas alegrías. Así nos lo narra:
Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: «¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo».
Increíble… hasta Herodes, el rey de aquella región se maravilló y así toda la ciudad. Los sabios del pueblo respondieron que sería en Belén, pues así dice la profecía:
“Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel”».
Herodes, no es que fuera un buen rey. Tenía una gran ansia de poder. Por ello, al enterarse de que había podido nacer un rey de su reino les pide a magos que investiguen bien y que le informen para “ir también a adorarlo”. Sabemos que esto no terminó nada bien. Como los reyes magos no volvieron se enfadó y mandó matar a todos los niños menores de dos años en la región. Lo que hace el ansia de poder…
Pero sigamos con la historia de los tres reyes magos. Parece ser, por lo que dicen, que seguían una estrella. Ciertamente algo misterioso. Es por ello que normalmente en los Belenes (Nacimientos o Pesebres) encontramos una estrella encima de la cueva de Belén.
Pues después de hablar con Herodes volvieron a ver la estrella y se llenaron de alegría. Llegaron a Belén y entraron en la casa en la que estaban y allí “encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra.”
Un tiempo en Egipto
Los reyes magos dejaron Belén. José volvió a tener un sueño algo raro, pues un ángel le dice: «Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo».
Así lo hizo y allí vivieron hasta que el ángel le dijo que podía volver y regresaron a la tierra de María, a Nazaret.
2.San Lucas: Decreto, Ángeles y Pastores…
Lucas nos narra los hechos antes del nacimiento de Jesús. Saltamos la Anunciación de Juan el Bautista y su nacimiento, así como la Anunciación a María y su Sí, para ir al nacimiento de Jesús. Esos pasajes son preciosos y nos han ido preparando en este adviento para la Navidad. He aquí lo que nos narra san Lucas.
Decreto romano
“En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo.”
Lucas nos da todo el contexto histórico de por qué Jesús nace en Belén. Augusto en gran emperador Romano de reinado más largo y famoso por la paz que logró en su tiempo.
Cada ciudadano del Imperio Romano tenía que ir a registrarse a su ciudad de origen. Así que a José le tocaba ir a Belén con su esposa que estaba embarazada. Un tiempo difícil, pues María estaba por dar a luz, pero eso no les detiene. Llegaron a Belén y a María le llegó la hora: “y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.”
Una cueva, un establo… no lo sabemos, pero arregló como pudo un pesebre para poder poner allí a su recién nacido, al Hijo de Dios.
Los ángeles y pastores
Lucas nos narra de manera bellísima este acontecimiento. Nos cuenta cómo estaban en el campo los pastores. Gente burda, pobre, trabajadora. Y ya entrada la noche “De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz.” Más que alegría les invadió un gran temor, pero el ángel les dijo:
«No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre».
Acabadas sus palabras, los pastores vieron una multitud del ejército celestial que cantaba: «¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él».
Después de esto, sólo pensaron en ir a Belén a ver lo que el ángel les había comunicado.
“Fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre.” Y les contaron cómo les había anunciado el ángel y cómo no se admirarían José y María. “María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón.”
3. San Juan: “Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”
San Juan no nos narra el nacimiento de Jesús. Nos da una mirada nueva de lo que ya nos ha dicho Lucas y Mateo.
Es el evangelio teológico. Sólo quiero hacer referencia a algunos versículos del primer capítulo. Juan nos presenta a Jesús como la Palabra.
“La Palabra era la luz verdadera
que, al venir a este mundo,
ilumina a todo hombre.
Ella estaba en el mundo,
y el mundo fue hecho por medio de ella,
y el mundo no la conoció (v. 9-10).”
Una Palabra creadora que viene al mundo para salvar a los hombres. Para ser la Verdad que nos ilumina. Pero cuántas veces no nos dejamos conquistar por esta Verdad…
Nos deja bien claro que ese niño es Dios. Que es el creador de todo el que se hace uno de nosotros y nosotros muchas veces no le reconocemos, no le recibimos… “Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron (v.11)” pero aún así habita entre nosotros: Emmanuel, Dios-con.nosotros. “Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”
Una Navidad en tu corazón
Tenemos tres historias verdaderas, pero creo que existen muchas más. La que cada año cada uno vive en su corazón.
¿Cómo quieres vivir esta historia personal de amor entre tú y Dios?
Celebramos de manera muy especial la Navidad. Un tiempo en familia y lleno de alegría. Las casas y toda la ciudad se visten de luces, y la nieve cubre de blanco para que los gorros y bufandas salgan de los armarios. El frío en el ambiente nos trae el chocolate caliente y se enciende la chimenea.
Que todo esto sea reflejo de la alegría interior de este acontecimiento que sucede en lo íntimo de nuestra alma.
Pidamos la gracia de admirar y agradecer por ese enorme amor de Dios que se ha querido hacer uno de nosotros para salvarnos del pecado. Que Jesús sea nuestra verdadera alegría, la alegría de la Navidad.