El segundo de los profetas mayores


El libro del Profeta Jeremías. Es uno de los libros más notables de la Biblia. Dios eligió a este hombre, que tenía un corazón maternal, una voz temblorosa, y ojos llenos de lágrimas, para comunicar un mensaje severo de juicio y la promesa de que Dios volvería a salvar a su pueblo muy amado y a toda la humanidad. El mensaje que tuvo que proclamar: alejarse de Dios por propia decisión, olvidarse del único Dios, buscar falsos dioses, pecar y hacer el mal nos trae muy malas consecuencias. Sin embargo, Dios nos sigue amando y está pronto a perdonarnos si volvemos a Él de todo corazón.

¡Suscríbete y recibe recordatorios para mantenerte “on-track” en tu plan de lectura!

Quiero hacer el Plan

Explicación del libro:

Jeremías es el segundo de los profetas mayores y este libro es el más largo de la Biblia con 52 capítulos. Contiene los oráculos de Jeremías, que predijeron la destrucción de Jerusalén y el Templo, así como la fundación de un Nuevo Pacto en los tiempos mesiánicos. Estas son algunas características de este gran profeta:
1. Nació sacerdote, en la ciudad de Anatot, al norte de Jerusalén. (Jeremías 1, 1)
2. Fue elegido para ser profeta antes de haber nacido (1, 5)
3. Fue llamado a profetizar cuando era muy joven (1, 6)
4. Dios le encomendó la misión de ser profeta (1, 9-10)
5. Comenzó su ministerio durante el reinado del rey Josías y fue uno de los que expresó su dolor en el funeral de dicho rey
6. Se le prohibió casarse a causa de la época tan terrible en la que vivió (16, 1-4)
7. Nunca logró que alguien se convirtiese. Fue rechazado por su pueblo (11, 18-21); (12, 6); (18, 18). Fue odiado, golpeado, colocado en el cepo (20, 1-3); fue puesto en la cárcel y acusado de ser traidor (37, 11-16)
8. Su mensaje quebrantó su propio corazón (9, 1)
9. Quiso dimitir de su cargo, pero Dios no se lo permitió (20, 9)
10. Vio la destrucción de Jerusalén y el cautiverio en Babilonia. El capitán de las fuerzas Babilónicas le permitió permanecer en su tierra. Cuando el remanente quiso huir a Egipto, Jeremías profetizó contra ese deseo.Fue obligado a ir con el remanente a Egipto (43, 6-7) y murió allí. Según la tradición, fue apedreado por el remanente de israelitas.

El libro en contexto:

Muchos estudiosos aceptan el libro como compuesto por las enseñanzas auténticas de Jeremías, aunque pueden haber sido escritos por sus discípulos, como su escriba Baruc (Jer 36). Jeremías pagó un alto precio por su misión profética. Maldijo el día de su nacimiento (15, 10; 20, 14–18). Sin embargo, nunca perdió de vista su esperanza mesiánica. Hizo algunas profecías directamente mesiánicas (por ejemplo, su discurso sobre el Buen Pastor de la Casa de David, 23, 1–5; y la liberación de la cautividad babilónica como un tipo de salvación mesiánica) Pero aún más, de una manera cristiana, hizo de su vida una profecía mesiánica, soportando para su pueblo los sufrimientos que fueron predichos y proclamados. Cuando Isaías habló del Siervo Sufriente como un cordero conducido a la matanza (Isaías 53, 7), Jeremías se vio a sí mismo como “un cordero suave conducido a la matanza” (Jeremías 11, 19). Al igual que Cristo, lloró por su pueblo y les pidió que se apartaran en la última hora, solo para recibir de su pueblo el rechazo y la ira.

Plan de Lectura: Libro del Profeta Jeremías

Quiero hacer el Plan

¡Suscríbete y recibe recordatorios para mantenerte “on-track” en tu plan de lectura!

Plan de Lectura - 18 días.

Lectura Diaria


Jer 1: Vocación del Profeta
Jer 2: Infidelidad de Israel
Jer 3: La Conversión

Comentario


La época del ministerio de Jeremías fue una época de gran agitación. La primera parte del libro del capítulo 1 al 20 se cree que fue escrito durante el reinado del Rey Josías, a quien se le culpa como responsable del mal causado a todo el pueblo, en especial: infidelidad a Dios e idolatría. En el primer capítulo del libro leemos sobre la vocación de Jeremías que se compara con la vocación de Isaias (Is 6) y Ezequiel (Ez 2). La llamada llegó a Jeremías en 628 a. C., así tuvo cuarenta años de ministerio antes de la caída de la ciudad en 587. El tema principal en el capítulo 2 es la falta de fe de Judá, representada como una esposa sin fe, con invitaciones al arrepentimiento y profecías de la muerte venidera. Jerusalén es la capital. El tema principal en el capítulo 3 es la invitación a la conversión y al arrepentimiento.

Lectura Diaria


Jer 4: La invasión nórdica
Jer 5: Los motivos de la invasión
Jer 6: Más sobre la invasión

Comentario


El profeta anuncia la inminente calamidad del norte, un pueblo poderoso va a arrasar y destrozar todas las ciudades. El profeta, en el nombre de Dios, describe que el motivo principal de la invasión es el olvido de Dios por otros dioses. Esto es el ateísmo práctico y la infidelidad (3, 12-13), la lujuria (5, 7-8), y la opresión social (5, 26-29). Las faltas del pueblo son también responsabilidad de la clase dirigente, de los sacerdotes y los profetas.

Lectura Diaria


Jer 7: El culto auténtico
Jer 8: El extravío de Israel
Jer 9: Corrupción moral de Judá

Comentario


Estos anuncios del profeta son anunciados en la época del rey Joaquín. La importancia del Templo radica en que estaba santificado por contener la presencia de Dios. Todo esto que parecía inviolable, ahora debido a la infidelidad del pueblo se va a perder. Dios va a sacar su presencia del Templo. La gente de Israel se alejó y se extravió del camino de Dios. Estos capítulos nos enseñan que necesitamos a personas que conozcan a Dios, que conozcan Su Palabra, y que la obedezcan. La gran necesidad de nuestras sociedades es un retorno a Dios. Debemos dejar a un lado nuestra hipocresía, nuestra sofisticación, y nuestra ilusión de ser gente tan inteligente que ya lo sabe todo. Nos jactamos de nuestros logros, de nuestros éxitos, cuando nuestra mayor necesidad es vivir de una manera que honre y traiga gloria a Dios.

Lectura Diaria


Jer 10: Los ídolos y el Dios verdadero
Jer 11: Jeremías y las cláusulas de la Alianza
Jer 12: El problema de la dicha de los malos

Comentario


En este capítulo 10 vemos que el pueblo estaba sustituyendo a Dios por otras cosas. La gente siempre ha tenido sustitutos para Dios. Cualquiera que no esté adorando al Dios vivo y verdadero, tiene algún sustituto para Él. Incluso puede ser que el individuo mismo se convierte en su dios -es que hay muchísimas personas que realmente se adoran a ellas mismas-. Otros adoran al dinero y están dispuestos a ser deshonestos para convertirse en ricos. Otros adoran la fama y venderán su honor para obtener algún objetivo indigno. Hay muchos sustitutos para Dios y Jeremías nos habló de ello. El tema de los capítulos 11 al 13 recuerda que Israel desobedeció el pacto con Dios establecido en el desierto, después de haber dado los diez mandamientos. Y esos fueron los temas que el profeta Jeremías enfatizó: la forma en que vivimos nuestra vida; por ejemplo, la forma en que tratamos a nuestro prójimo, la manera de conducir nuestros negocios, la clase de vida social que estamos viviendo. ¿A qué ídolo estamos nosotros adorando? ¿Al dinero? ¿Al sexo? ¿A la fama o el poder? El profeta Jeremías dejó bien claro que si nosotros nos encontramos en esa condición espiritual, nos vamos a desviar de su camino y nos estamos alejando cada vez más de Dios.

Lectura Diaria


Jer 13: La faja en el río Eufrates
Jer 14: La gran sequía
Jer 15: La vocación del profeta renovada

Comentario


La faja o el cinto de lino es una señal o figura del servicio.El tema de los capítulos 14 y 15 nos describe a una nación reincidente, juzgada por medio de la sequía y el hambre. Hasta este momento, Jeremías había estado profetizando durante el reino de Josías. En la última parte de su reinado, el rey Josías cometió una gran insensatez. Luchó contra Necao, Faraón de Egipto y en la batalla de Meggido, Josías fue herido de muerte. Jeremías lloró su muerte, porque había sido amigo suyo. A partir de aquí, lo encontramos comunicando una profecía durante el reinado de Joaquin. Después de la muerte de Josías, la nación comenzó a caer nuevamente en la idolatría; en realidad, su desplome fue rápido y terrible. En el capítulo 15 vemos a Jeremías como un hombre quebrantado que quiere dirigirse a Dios para orar por su pueblo. Eso era bueno y apropiado. Podemos ver que este mensaje no aumentaría la popularidad del pobre Jeremías. El rey Josías había sido amigo suyo, pero no así el rey Joaquim. Joaquim era un hombre malvado y la vida del profeta no era fácil.

Lectura Diaria


Jer 16: El simbolismo de la vida del profeta
Jer 17: Las faltas culturales de Judá
Jer 18: Jeremías en la casa del alfarero

Comentario


En los capítulos 16 y 17 Dios le reveló a Jeremías los horrores que vendrían y le dijo que no se casara. Si uno lee el Salmo 137, escrito antes del cautiverio en Babilonia, puede ver el destino que sufrieron. En los 2 últimos versículos se dice que Babilonia sería destruida y que le harían a ella tal como ella había actuado con el pueblo de Judá. Dice el Salmo 137, 8-9: Hija de Babilonia la desolada, bienaventurado el que te de el pago de lo que tú nos hiciste. ¡Dichoso el que tome tus niños y los estrelle contra la peña! Cuando el rey Nabucodonosor tomó la ciudad de Jerusalén, los conquistadores tomaban a los niños y los estrellaban contra las piedras. Dios le pidió a Jeremías que no se casara porque quería evitar al profeta esa angustia. El capítulo 17 está lleno de sabiduría: Dice el versículo 5: “Así ha dicho el Señor, ¡Maldito aquel que confía en el hombre, que pone su confianza en la fuerza humana, mientras su corazón se aparta de Dios!” Creemos que estas palabras bien podrían servir de lema para muchos de nosotros hoy. A veces creemos que podemos confiar en ciertas personas, grupos u organizaciones para resolver los problemas del mundo. Dios nos invita en el versículo 7: “¡Bendito el hombre que confía en el Señor, cuya confianza está puesta en el Señor!”. Los capítulos 18 y 19 exponen el tema de la señal de la casa del alfarero donde Dios es el Alfarero, e Israel es el barro.

Leyendo


Jer 19: El jarro roto
Jer 20: Altercado con Pasjur
Jer 21: Comienzo de los oráculos después de Joaquín

Comentario


En el primer versículo del capítulo 19, Dios envió a Jeremías para comprar una vasija de barro del alfarero y le dijo que tomara a ancianos del pueblo y a sacerdotes, y los llevara con él como testigos. El valle del hijo de Hinom era donde se celebraba la horrible adoración a Moloc. A causa de estos actos, Dios dijo que el valle del hijo de Hinom pronto sería conocido como el valle de las matanzas, porque como habían matado a sus hijos presentándolos como ofrendas a Baal y a Moloc, Dios permitiría a sus enemigos que los mataran a ellos allí. Después de pronunciar ese horrible juicio sobre el pueblo de Jerusalén, Dios ordenó a Jeremías que quebrara la vasija de barro en presencia de los testigos (versículo 11). Los capítulos 20 al 22 nos presentan la persecución de Jeremías y las profecías dadas durante el reino de Sedequías. Ahora veremos que se llevó a cabo un cambio en la vida y ministerio de Jeremías. Cuando él les comunicó la Palabra de Dios, fue firme, inflexible, duro, pero personalmente, como hombre, tenía un corazón sensible. Cuando su amado amigo Josías murió, el libro de las Crónicas registró el detalle de que Jeremías lloró por el. Los tres malos reyes que siguieron a Josías rechazaron el ministerio de Jeremías de una forma definitiva. Le dejaron a un lado y su mensaje fue absolutamente ignorado, aunque el profeta no fue perseguido a nivel personal. Al llegar al capítulo 20, encontraremos a Jeremías personal y físicamente perseguido por primera vez. En el capítulo 21 es interesante que cuando este rey Sedequías se metió en verdaderos problemas, se dirigió al hombre que él sabía que estaba anunciando la Palabra de Dios. El rey envió a Pasar y a su grupo, y no recurrió a la ayuda de la religión organizada. El profeta le dijo que Nabucodonosor se acercaba y destruiría la ciudad a menos que hubiera un retorno a Dios. En aquel momento las opciones para el pueblo de Judá eran quedarse en la ciudad y morir, o rendirse al rey de Babilonia y vivir. El rey Sedequías no siguió las instrucciones. Era una persona sin carácter ni personalidad y el peor de los reyes. En ninguna forma se volvió a Dios.

Leyendo


Jer 22: El oráculos contra varios reyes
Jer 23: Oráculos mesiánicos. El rey del futuro
Jer 24: Los dos cestos de higos

Comentario


El capítulo 22 contiene lo que se considera como el juicio muy severo. Fue más severo que el juicio pronunciado por Dios sobre Caín, o por el Señor Jesús sobre Judas. La decadencia espiritual está conectada con la decadencia moral: los ricos se hicieron más ricos y los pobres se empobrecieron más. El capítulo 24 relata una visión dada después de que Jeconías fue conducido al cautiverio. Por lo tanto, tuvo lugar durante la primera parte del reinado de Sedequías. En una visión, a Jeremías le mostraron 2 cestas de higos. (La higuera es un símbolo bien conocido de Judá). Una cesta contenía higos buenos, y la otra, higos malos. Ellos simbolizaban dos clases de personas del pueblo de Judá.

Leyendo


Jer 25: La profecía del cautiverio. Oráculos contra las naciones.
Jer 26: Profecías de felicidad. Arresto y juicio de Jeremías
Jer 27: Mensaje a los desterrados

Comentario


En el capítulo 25, Dios explicó el cautiverio de los 70 años. Como ellos no escucharían la voz de Dios, la tierra sería invadida por Babilonia. Y dice el versículo 9: “Yo enviaré y tomaré a todas las tribus del norte, dice el Señor, y a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo, y los traeré contra esta tierra y contra sus habitantes, y contra todas estas naciones en derredor. Los destruiré, y los pondré por espanto, por burla y desolación perpetua.” Sorprende esta referencia de Dios llamando a Nabucodonosor, “mi siervo”. Él fue el instrumento de juicio de Dios. Dios les arrebataría todo aquello que les había estado haciendo felices. No habría más celebraciones de matrimonios. Se interrumpiría el sonido del molino, lo cual se refería a los negocios y al comercio. La luz de la lámpara desaparecería, o sea que no disfrutarían más de las noches en sus hogares. Y continúa diciendo el versículo 11 de Jeremías 25, anuncia el destierro por 70 años. El período de tiempo de 70 años es muy significativo. Cuando el pueblo de Israel estaba por entrar en la tierra, el Señor les dijo que cada séptimo año sería un año de reposo sabático, en el cual la tierra no sería sembrada para que descansara (ver Levítico 25). Y Dios no solo prometió bendición si Su Palabra era obedecida, sino que también advirtió que habría juicio si no fuera obedecida. Si ellos vivieran en contra de Su voluntad, Él estaría en contra de ellos. Por aproximadamente 490 años, el año sabático no fue cumplido, o sea que 70 años sabáticos habían sido desobedecidos. Dios dijo por medio de Jeremías que por 70 años ellos vivirían en una tierra extranjera, mientras su tierra disfrutaba de su descanso. Entonces, después de que los años sabáticos perdidos se hubieran cumplido, a Israel se le permitiría regresar a la tierra (v. 12). En los capítulos 26 al 28 las cosas se estaban poniendo cada vez peor. Ellos no sólo habían resistido el mensaje de Dios dado por medio de Jeremías, sino que entonces quisieron matar al profeta. En el capítulo 27 el mensaje era para ser proclamado nuevamente a todas las naciones, que debían someterse al rey de Babilonia. Esta vez, el mensaje del profeta fue: Dios recordó a estas naciones que Él era el Creador, y que Él le daba el poder a quien Él eligiera. Aunque Dios les dijo claramente a estas naciones que se rindieran al rey de Babilonia, ellas no le obedecieron.

Leyendo


Jer 28: Disputa con el profeta Ananías
Jer 29: Carta a los deportados
Jer 30: Comienza el Libro de la consolación: Promesa de restauración a Israel del Norte

Comentario


El capítulo 28 continúa con la profecía de los yugos. Uno de los falsos profetas, llamado Ananías, refutó la profecía de Jeremías y afirmó que él comunicaba la verdadera Palabra de Dios. Jeremías dejó en claro que Ananías no era un profeta de Dios y que él estaba comunicando al pueblo una mentira. Dios le dijo que Ananías, moriría en ese año y así sucedió. Uno pensaría que este incidente habría bastado para poner a la gente en estado de alerta y los del pueblo se habrían dado cuenta de que Jeremías era el que estaba anunciando las cosas tal como eran, y que Jeremías era el que estaba comunicando la Palabra de Dios. Sin embargo, no se convencieron, sino que continuaron con su rebelión contra la Palabra de Dios. El capítulo 29 contiene un mensaje de esperanza para el primer grupo de cautivos. Este capítulo registró la primera carta de Jeremías al pueblo que había sido conducido cautivo cuando Joaquín era rey de Judá. El tema del capítulo 30 es la gran tribulación. Los capítulos 30 al 39 forman la cuarta división principal del libro de Jeremías, y contienen muchas profecías sobre el futuro de las 12 tribus de Israel y el cercano cautiverio de Judá.

Leyendo


Jer 31: Se promete a Judá la restauración
Jer 32: La compra de un campo, prenda de un porvenir venturoso
Jer 33: Nuevas promesas de restauración para Jerusalén y Judá

Comentario


Los capítulos 30 al 33 constituyen una canción muy brillante y estimulante. Hasta este punto el énfasis de Jeremías había sido colocado sobre el juicio, pero a partir de este punto su mensaje de esperanza. Como último rey de Judá, Sedequías se correspondió con Oseas, que fue el último gobernante del reino del norte de Israel. Pero, por supuesto, el reino del norte de Israel había partido y había sido llevado al cautiverio hacía mucho tiempo. En este momento el ejército de Nabucodonosor se encontraba fuera de las murallas de Jerusalén, preparado para destruir la ciudad e incendiar el templo. Las promesas de los profetas falsos habían resultado equivocadas. Siete años antes el profeta falso Ananías había dicho que Babilonia sería derrotada dentro de dos años. Pero Nabucodonosor no había sido vencido; estaba vivo, y diríamos que demasiado vivo y activo para el pueblo de Judá.
El mensaje de Jeremías era un mensaje de estímulo. En el capítulo 30, él habló sobre el Día del Señor inaugurando el período de la Gran Tribulación. Pero más allá de la Gran Tribulación, acercaba la restauración de la tierra y el regreso del pueblo a la misma. En este capítulo 31 se menciona unas 15 veces que Dios hará algo. Cuando Dios repite tantas veces que Él realizará algo, está enfatizando de forma especial lo que va a hacer. En el capítulo 31 leemos la profecía: Dios va a restaurar al pueblo a la tierra. Creemos con todo nuestro corazón que Dios tiene la intención de restaurar la nación de Israel a la tierra en Su propio tiempo, cuando Él lo considere apropiado y de acuerdo con su propio plan y propósito. En el capítulo 32, el profeta se encontraba en la prisión y Jerusalén estaba sitiada por Nabucodonosor; sin embargo Jeremías compró una propiedad inmueble en Anatot. En la hora más oscura de la historia de Judá, Jeremías compró un campo. En realidad, ese era el momento de vender bienes inmuebles. Nos imaginamos que todos los que poseían propiedades o bienes inmuebles en Jerusalén y las zonas vecinas estaban tratando de deshacerse de todas las propiedades que pudieran. ¿Por qué Jeremías compró un campo en aquel momento? Fue para mostrar al pueblo que el creyó en Dios cuando Él dijo que ellos iban a regresar a la tierra. Esta fue una acción notable. En el capítulo 33, Dios va a reafirmar el pacto que había hecho con el rey David en 2 Samuel 7. Él hizo un pacto con David que establecía que habría alguien que se sentaría en su trono para siempre. Este pacto se convirtió en la canción lema de cada profeta. Todos ellos se refirieron a este pacto y se apoyaron en él. La frase en aquellos días se refiere al día que se aproxima, el Día del Señor. La frase “haré brotar a David un Renuevo justo” nos lleva a afirmar que no ha habido un renuevo justo, excepto Uno, el que nació en Belén.

Leyendo


Jer 34: Destino de Sedecías
Jer 35: Ejemplo de los Recabitas
Jer 36: Pasión de Jeremías

Comentario


En el capítulo 34 tenemos la predicción del cautiverio de Sedequías, la obediencia de los Recabitas, y el episodio en el que el rey Joaquím quemó la Palabra de Dios. En el capítulo 35 encontramos a los Recabitas, que eran una parte del remanente fiel, y que estaban en marcado contraste con la nación en general. Dios nos ha transmitido este relato para recordarnos que siempre ha habido un remanente. Él nunca dejará al mundo sin un testimonio de Su Persona. En el capítulo 36 revela la actitud del rey Joaquim hacia la Palabra de Dios y los mensajes que Dios le envió por medio de Su profeta Jeremías.

Leyendo


Jer 37: Juicio global sobre Sedecías
Jer 38: Jeremías en la prisión
Jer 39: Caída de Jerusalén y suerte de Jeremías

Comentario


Los temas desarrollados en los capítulos 37 al 39 son: la destrucción de la Palabra de Dios, el encarcelamiento de Jeremías y su posterior liberación, y el comienzo del cautiverio de Judá. En el capítulo 38, Jeremías estaba aun confinado en el patio de la prisión, y fielmente transmitió la Palabra de Dios a su pueblo aun cuando su seguridad personal estaba en peligro. En el capítulo 39 leemos sobre la terrible matanza que Jeremías había estado prediciendo. El rey Sedequías y el ejército intentaron escapar de la ciudad durante la noche, pero el ejército de Babilonia los alcanzó y los entregó a su rey Nabucodonosor. Resulta interesante comprobar que Nabucodonosor ordenó a sus hombres que liberaran a Jeremías de la prisión y que lo trataran bien. Aquí vemos que Dios aun estaba cuidando a su fiel profeta.

Leyendo


Jer 40: Más sobre la suerte de Jeremías
Jer 41: Asesinato de Gedalías
Jer 42: Huida a Egipto

Comentario


El tema de los capítulos 40 al 42 abarca las profecías pronunciadas por Jeremías a aquellos que se quedaron en la tierra, a los que no fueron llevados cautivos a Babilonia. En estos tres capítulos encontramos a Jeremías hablando a aquellos que fueron dejados en la tierra de Judá después de la destrucción de Jerusalén. Se trataba de personas muy pobres, y había ciegos, minusválidos, cojos, y otro grupo que podría ser llamado elemento criminal, un grupo de gente dura. Jeremías escogió quedarse con la gente de la tierra. El tenía un mensaje para ellos.

Leyendo


Jer 43: El mensaje de Jeremías rechazado
Jer 44: Último ministerio de Jeremías
Jer 45: Palabra de consuelo para Baruc

Comentario


El tema general de los capítulos 43 y 44 fueron las profecías dirigidas al remanente que se fue a Egipto. Esta división contiene profecías pronunciadas durante los últimos días del profeta en Egipto y se extiende desde el capítulo 43 al 51. Los capítulos 43 y 44 contienen las palabras dirigidas al remanente del pueblo que se encontraba en Egipto. Y así vemos que aquel pueblo volvió a comportarse otra vez con la misma rutina de siempre. Dijeron que Dios realmente no le había comunicado a Jeremías ese mensaje. El problema era que el profeta no estaba diciendo lo que ellos querían que dijera. En el capítulo 45 leemos sobre Baruc quien era no sólo un amigo de Jeremías sino una persona que también cumplía las funciones de asistente de Jeremías. Esta profecía que tenemos aquí en el capítulo 45 fue dada por Jeremías para dar ánimo a Baruc. El Señor ya le había revelado lo que le ocurriría si se identificaba con el profeta Jeremías. Estas palabras debían ser para él un estímulo cuando fue obligado a ir a Egipto con el remanente del pueblo de Judá.

Leyendo


Jer 46: Oráculo contra las naciones, contra Egipto
Jer 47: Oráculo contra los filisteos
Jer 48: Oráculo contra Moab

Comentario


El tema general de los capítulos 46 al 48 incluye profecías contra las naciones de Egipto, Filistia y Moab. Jeremías estaba en Egipto, habiendo sido llevado allí en contra de su voluntad por el remanente del pueblo de Judá que desobedeció a Dios dirigiéndose hacia Egipto. Aquí Jeremías pronunció profecías contra las diferentes naciones del entorno. Dios les dijo que le sucedería a Egipto. El remanente que dejó las tierras de Judá descendió a Egipto porque pensaron que allí tendrían paz y abundancia. Dios les dijo que tenía noticias para ellos. La guerra se trasladaría a Egipto, y Nabucodonosor conquistaría también Egipto, cosa que hizo. Los sobrevivientes de Judá habían cometido un gran error al depositar su confianza en Faraón y en Egipto. Ellos deberían haber depositado su confianza en Dios. En el capítulo 47 leemos sobre la profecía de Jeremías contra el país de Filistea. Este pequeño remanente del pueblo de Judá comenzó a mirar a una nación tras otra, preguntándose hacia dónde debían ir, o en qué nación podían confiar o encontrarse seguros. Algunas de estas naciones eran sus enemigos. ¿Debían buscar refugio en ellas? Y la respuesta divina fue que no, porque la tierra de los Filisteos también sería conquistada. En el capítulo 48 vemos una profecía contra Moab. Moab dejó de ser una nación.

Leyendo


Jer 49: Oráculo contra Amón
Jer 50: Oráculo contra Babilonia
Jer 51: Yavhé contra Babilonia
Jer 52: Apéndice: La catástrofe de Jerusalén y la gracia concedida Joaquín

Comentario


El tema general del capítulo 49 son las profecías para las naciones que rodeaban a Israel. En los capítulos 50 y 51 el tema gira alrededor de la profecía para Babilonia. Esta fue la profecía dirigida contra la nación que en aquella época era la nación principal del mundo. Fue la primera potencia mundial, aunque también sería destruida. El juicio vendría también sobre Babilonia. Dios dijo que Babilonia sería destruida. Israel sobreviviría. Esta profecía miraba anticipadamente a los últimos días cuando Israel se volverá a Dios. El capítulo 51 continúa con la predicción del juicio de Dios sobre Babilonia. Esta predicción de destrucción repentina se cumplió literalmente. Finalmente, el capítulo 52 es el apéndice del libro, y narra el cumplimiento de la profetizada destrucción de Jerusalén. Este capítulo constituye una mirada retrospectiva de la destrucción de Jerusalén y el cautiverio de Judá.

Oración


Señor, gracias por regalarnos el libro del profeta Jeremías que nos recuerda la importancia de seguir el camino de Dios. Dios nos ama y quiere hacer una alianza de amor con nosotros. Nuestro infidelidad a Dios, la búsqueda de otros dioses destruyen esa alianza de amor con Dios y nos perjudica individualmente y comunitariamente. Dios Padre, regálanos tu Espíritu Santo para que nos guíe siempre para ser siempre fieles al amor de Dios y nos ayude a hacer su voluntad. Amén.