Esperanza y Reino de Dios


Por el siervo sufriente vendrá la vida para todas las naciones.

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Explicación del libro:

Se considera que Isaías II y III tienen a otro autor dada la cronología. En estos libros vemos cómo el autor (o sus discípulos) hablan de que habrá renovación después de la devastación de Babilonia a Israel. Estamos aproximadamente en el año 530 a.C. Si bien se esperaba que Israel y su gente empezara a agradecer y alabar a su Dios, ellos hacen lo contrario. Todo es lamentación y queja. Dicen: “Dios se ha olvidado de nosotros. Es indiferente”. Pero el autor les explica que la invasión de Babilonia no es olvido de Dios, sino su plan para el bien de ellos y la causa fue su rebeldía. Sin embargo, deja claro que el surgimiento de Persia y su rey Ciro es providencial para acabar con Babilonia y lograr la paz. Pero Israel sigue duro (48). ¿Cómo hará Dios esto de la paz? Mandará a un siervo de Dios que morirá, pero después de morir, seguirá vivo. Y esa es la esperanza ya no será sólo para el pueblo de Dios, sino para todas las naciones. El libro termina con una visión del nuevo Reino, de la nueva Jerusalén que había sido prometida incluso al Rey David.

El libro en contexto:

Los libros II y III de Isaías tienen todo el toque de Dios. Dado que parten el exilio y el sufrir del pueblo de Dios en 2 (un antes y un después del mismo), vemos como en Dios siempre hay esperanza. El sufrir de este mundo no tiene la última palabra. Isaías coincide con los profetas Jeremías y Ezequiel en narrar hechos históricos del momento más doloroso del pueblo elegido, pero va más allá prometiendo una luz, una salvación…y que por medio de la muerte reparadora del siervo -figura mesiánica- Dios llevará al pueblo a la nueva Jerusalén, al nuevo Reino, donde todas las naciones serán una sola. Esto es la Iglesia después de esta vida.

Plan de Lectura: II y III ISAÍAS

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Plan de Lectura - 15 días.

Lectura Diaria


Comentario


La palabra “Yo estoy contigo” se encuentra aquí. En el cap. 40 vemos la promesa, la esperanza, la confianza del envío del siervo que abrirá caminos. Será pastor y heraldo de buenas noticias. Muestra además cómo Ciro, rey de Persia, ha sido puesto por Dios como instrumento para el pueblo.

Lectura Diaria


Comentario


Mira aquí algo: se anuncia por primera vez al siervo de Dios. Todo es alegría, todo es promesa. Habrá una nueva salida de la esclavitud (nuevo éxodo, como en el libro del Éxodo). Israel será liberada de la opresión, Babilonia quedará destruida. Y aún con todo esto, termina el capítulo con un pueblo aburrido, ingrato hacia Dios. ¿Te ves a ti mismo ahí?

Lectura Diaria


Comentario


Dios muestra con su Dedo el futuro. De nuevo da al hombre la esperanza, la confianza para seguir adelante. Habla de su poder, de ¿quién como yo?, pues no hay otro dios como Él. La muestra, como hace en el libro de Job, que es creador. Nuevamente se habla de Ciro como instrumento de Dios.

Lectura Diaria


Comentario


Babilonia ha caído. Hay lamentación sobre ella. Es lamentación por un pueblo, pero alegría del pueblo de Dios. La esclavitud, el terror y la invasión ha terminado.

Lectura Diaria


Comentario


Ante la caída ya anunciada de Babilonia, se quita una gran sombra. Dios lo había dicho, Dios había previsto y anunciado todo. Tengo algo bueno para ti, Israel. Lo que Dios anuncia al pueblo, es anuncio para el individuo, para ti, para mí…

Lectura Diaria


Comentario


Uno de los pasajes más hermosos de toda la Escritura lo encontramos aquí. Primero se anuncia de nuevo al siervo que viene. Un siervo que restaurará las tribus de Jacob (Is 49, 6), será luz de las gentes. Y entonces la frase: “¿Acaso olvida una mujer a su niño, sin dolerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque esas personas se olvidasen, yo jamás te olvidaría”. Así de tierno y maternal es el amor de Dios.

Leyendo


Comentario


En el cap. 51, fíjate bien cómo Dios quiere que el pueblo sepa lo que le ama, cómo lo ha elegido, cuánto hace por él… La ingratitud del hombre presiona a Dios a recordarle de ello. En el cap. 53, vemos lenguaje que alude al Reino: “El mensajero que anuncia la paz, la salvación…” Y al final de este capítulo, vemos el cuarto canto del Siervo. Lectura triste y usada el viernes santo. El siervo no vendrá a triunfar, vendrá a sufrir.

Leyendo


Comentario


El autor aquí nos muestra Isaías 53: toda la pasión caerá sobre el siervo. Será juzgado, herido, humillado y triturado. Es el rostro del Mesías el que sufre aquí. La humanidad entera es testigo del evento. Pero como siempre, al hombre que se desanima por la muerte de Dios, el mismo Dios lo consuela. ¿Cómo es posible? Así es Dios: amor y más amor. Es muerto por el hombre y Él mismo levanta el rostro desanimado y le permite arrepentimiento.

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Comentario


Dios hace una invitación final a seguirlo, a ser fieles… y si lo hacen, hay una gran promesa. Con este capítulo termino Isaías II. Vamos a la tercera parte.

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Comentario


Empieza a darte cuenta de una cosa: Isaías III está abriendo la puerta a todas las naciones. Todos vendrán, Dios los invitará a su Monte Santo, los traerá y alegrará a su Casa de Oración. Pero habrá buenos y malos, y cada uno tendrá su destino según su confianza en Dios.

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Comentario


Nuevamente vemos el contraste: los buenos harán lo agradable a Dios, los malos no conocerán los caminos de Dios. Hay alusión aquí a elementos litúrgicos que agradan a Dios. Al final, habla de la presencia del Espíritu en ellos que será sello de la alianza fiel de Dios.

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Comentario


Todo ahora es anuncio esperanzador y feliz. El profeta dará un año de gracia (mismo que conocemos por el libro del Levítico), un año de perdón, donde habrá consuelo para todos. Todo es esperanza del Reino prometido, de la Nueva Jerusalén. Hay lenguaje de novios, de boda, de alianza, de unión… Todo apunta al final feliz que está en toda alma humana.

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Comentario


Estos capítulos nos muestran, como es usual, un vaivén de luz con sombra. Habrá juicio para los pueblos. Para quien desobedece al Señor, siempre hay tristeza y arrepentimiento posible.

Leyendo


Comentario


Todo lo leído hasta ahora apunta a este momento: este es el momento escatológico (que significa, momento del más allá). Hay un juicio, y después de éste, para los justos, una tierra nueva. Se dará un banquete y una fiesta universal. Todos reunidos y felices. Habrá cielos nuevos y habrá alabanza a Dios. ¡Tanta similitud con el libro del Apocalipsis que nos habla de las bodas del Cordero!

Oración


Señor, esperamos con ansia el triunfo final de toda esta travesía. Entre pecado y rebelión, pero también arrepentimiento y obediencia, sucede toda nuestra vida. Te pido, como prometes en este libro, que no te olvides de mí como no lo hace una madre. Anhelo ese reino para siempre, esa nueva tierra, esa nueva vida de paz para mí y para los míos.