Vivir nuestra fe como hijos de Dios cuyas obras imitan el amor de Jesucristo
1º Carta de Juan
La primera carta de San Juan es una perla para todo cristiano que quiere vivir la vocación que recibimos en el Bautismo como consecuencia de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. San Juan nos recuerda en esta carta que Dios por amor realzó nuestra naturaleza humana haciéndonos verdaderamente sus Hijos y herederos (una nueva creación). Es por eso que debemos demostrar con nuestras obras que somos sus hijos imitando a Jesucristo en el amor a nuestros hermanos y evitando el pecado.
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Explicación del libro:
Las epístolas de San Juan son tres escritos atribuidos a San Juan al igual que el cuarto evangelio y el Apocalipsis. Se les llama cartas o epístolas por su forma literaria, que es más clara en el segundo y en el tercer escrito, pero que también está presente en el primero (“Os escribo a vosotros” 1 Jun 2, 14). La primera carta de San Juan tiene 5 capítulos, mientras que las otra dos son escritos muy breves de apenas media página cada una. La Primera Epístola puede llamarse un resumen de la teología de San Juan. El apóstol se contenta con la simple declaración de una serie de verdades fundamentales que le sirven de base para la instrucción moral. Dios es luz, 1, 5; debemos caminar en la luz si queremos tener comunión con Él, 1, 6. Dios es santidad, 2,29; para ser hijos de Dios debemos evitar el pecado y ser santos, 3, 2 f. Dios es amor, 4, 7; para compartir el amor de Dios debemos amar a los hermanos, 4, 7.
Explicación del libro en contexto:
La evidencia interna, de que esta Epístola tiene el mismo autor que el Cuarto Evangelio, es igualmente abundante y convincente. El estilo, la estructura de las oraciones, la repetición de ciertas palabras y frases, la falta de partículas, el vocabulario, todos son muy similares a lo que encontramos en el Cuarto Evangelio. La opinión predominante de los estudiosos es que la Primera Epístola está estrechamente relacionada con el Cuarto Evangelio, tanto en el tiempo como en el propósito. Algunos lo llaman un “prefacio”, la mayoría prefiere considerarlo un “apéndice” al Evangelio. Ambos escritos tienen el mismo doble propósito: demostrar que Cristo es Dios y la vida eterna, y que en Cristo tenemos vida eterna y estamos unidos con Dios. Dado que 1 Jn carece de la forma habitual de una carta, comúnmente se considera una carta encíclica dirigida a varias iglesias. El escritor es consciente de la condición de sus lectores, a quienes llama cariñosamente: “niños, niños pequeños y amados”, y se dirige repetidamente en la segunda persona. Tres veces dice: “Te escribo”, y tres veces “Te escribí”. Dado que la Epístola presupone los hechos de la vida y la enseñanza de Cristo, y extrae lecciones prácticas de ellos, es preferible considerar que 1 Jn fue escrito poco después del Evangelio, probablemente en uno de los últimos años del siglo primero. Una tradición muy confiable según San Ireneo dice que el discípulo amado pasó sus últimos años en Éfeso, donde se dice que compuso el Evangelio. Es muy probable, por lo tanto, que esta Epístola también haya sido enviada desde Éfeso a las iglesias de Asia Menor, a la cual San Juan envió las siete cartas incluidas en el Apocalipsis.
Plan de Lectura: Primera Carta de San Juan
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Plan de Lectura - 5 días.
Lectura Diaria:
Comentario
La Palabra, que estuvo con el Padre desde toda la eternidad, asumió la naturaleza humana para procurar la vida eterna para la raza humana. Se hizo hombre para ser la vida de los hombres. Este gran misterio que el apóstol ahora revela a sus lectores se hace por dos razones: primero, para que los lectores compartan la “comunión” con los apóstoles, es decir, puedan participar de la unión que une a todos en Cristo, y por medio de Cristo con Dios. En segundo lugar, al realizar más plenamente esta comunión con el Padre y el Hijo, aumentarán continuamente de alegría.
Comentario
San Juan habla de la conducta de los Hijos de Dios: 1. Debido a que Dios ha adoptado a los fieles en su familia, el mundo, que es contrario a Dios, los odia. 2. Pero la adopción les da derecho a un futuro estado de gloria, como el de Dios mismo. La verdadera naturaleza de esa glorificación aún no está clara; pero después de esta vida, la fe dará paso a la visión intuitiva de Dios, en la cual reflejarán su gloria y naturaleza. 3. Quien quiera ver a Dios, la Fuente misma de la pureza y la santidad, debe esforzarse por ser santo y mantenerse libre de toda mancha de pecado. Por eso para vivir realmente como Hijos de Dios tenemos tres condiciones muy importantes: (1) Romper con el pecado (1 Juan 3, 3-10); (2) Guardar los mandamientos de Dios, en particular el de la caridad (1 Juan 3, 11-24); (3) Cuidarse de los anticristos y el mundo (1 Juan 4,1-6).
Lectura Diaria:
Comentario
Después de mostrar esta distinción entre los hijos de Dios y los del mundo, San Juan luego prueba que el amor de Dios y del prójimo están tan estrechamente relacionados que uno no puede existir sin el otro.
Lectura Diaria:
Comentario
A esta parte final de la carta se le llama “Adiciones o conclusión” porque se encuentran: (1) la oración por los pecadores, (2) las certezas de la fe y (3) la exhortación a guardarse de los ídolos. El propósito de la Epístola, como el del Evangelio, es despertar en sus lectores la comprensión de que una esperanza firme de alcanzar la vida eterna es de ellos, porque creen en la divinidad de Jesucristo. Un segundo resultado de su fe sincera es la garantía de que cualquier petición, que se ajuste a la voluntad de Dios, será otorgada. Esta confianza en la oración se extiende a todos los miembros de la iglesia, y debe alentar a los fieles a orar por aquellos que han caído en pecado. Finalmente, en la conclusión, leemos que el propósito principal de la Epístola se resume luego en una triple repetición de “lo que sabemos”: los hijos de Dios no cometen pecado, es decir, reciben gracia abundante para evitar el pecado deliberado, y su amor por su Padre celestial los impulsa a usar esta gracia. En segundo lugar, nacemos de Dios y estamos fuera del alcance del mundo malvado. En tercer lugar, conocemos a Dios a través de la fe en su Hijo, quien se hizo hombre para que podamos ser incorporados en su Cuerpo Místico. Este Hijo es el verdadero Dios, y es nuestra esperanza para la vida eterna.
Oración
Señor, gracias por regalarnos la primera carta de San Juan en la cual se nos recuerda que Dios nos creó por amor para ser sus hijos adoptivos y como tales estamos llamados a caminar en la luz de Cristo. Gracias Señor por sufrir y morir por nosotros en la Cruz para salvarnos. El fruto de tu Pasión y tu Cruz fue tu Resurrección y tu gracia para vivir como tus hijos. San Juan nos enseña que el fruto de tu Resurrección es tu gracia y el don de la fe que, a través de los sacramentos, nos ayuda a servirte todos los días imitándote en el amor por nuestros hermanos. San Juan nos recuerda que necesitamos la gracia de Dios para luchar contra el pecado. Regálanos Señor Jesús toda tu gracia para vencer el pecado y para hacer siempre la voluntad del Padre con la fuerza del Espíritu Santo. Amen.