¿Qué liturgia celebraba Jesús?
“..me ha enviado a anunciar a los pobres la Buena Nueva, a vendar los corazones rotos, a pregonar a los cautivos la liberación… para consolar a todos los que lloran, para darles diadema en vez de ceniza, perfume de fiesta en vez de duelo,alabanza en vez de espíritu abatido…. Esta Escritura que acabáis de oír se ha cumplido hoy.” (Is 61, 1-3; Lc 4, 1-21)
He querido elegir este texto del Evangelio de san Lucas, porque presenta a Jesús celebrando la liturgia como cualquier judío lo hacía en shabbat: asistiendo a la sinagoga, para escuchar la lectura de la Ley y los Profetas, y orar con su comunidad. Jesús frecuentaba las sinagogas, lo encontramos en el evangelio en la de Nazaret, en la de Cafarnaúm y en las de los lugares a donde evangelizó durante sus dos años y medio de ministerio.
¿Qué es una sinagoga?
La sinagoga no es un templo, como podría ser una iglesia; sino que en un momento de la vida del pueblo de Israel, que fue conquistado por Babilonia y llevado al Destierro a esa tierras, los judíos – sin tener ya templo-, organizaron su vida religiosa en “asambleas” o “congregaciones”. Esas son las sinagogas, un lugar donde se reunían para la oración y el estudio de la Toráh.
¿Cómo era la “liturgia” judía, en tiempos de Jesús?
Al entrar en las sinagogas, los israelitas cantaban alabanzas, oraban, leían las Escrituras y se predicaba. Lo primero que hacían era recitar una oración que se lee en Dt 6,4-6: “Escucha Israel, Yahvé nuestro Dios es el único Yahvé. Amarás a Yahvé tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.”
Al terminar, se leía algún texto elegido de “la Toráh” o “Ley”, que está formada por los primeros 5 libros de la Biblia (tanto para los judíos como para los cristianos hasta el día de hoy): Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
Terminada la lectura de la Toráh, se leía algún texto de los Profetas, y se explicaba su significado y se indicaba su aplicación, generalmente a través de un rabino o de algún orador invitado. Según Lc 4, 1-21, el texto que tomamos como punto de partida, eso sucedió en el caso de Jesús. Una vez que fue bautizado en el Jordán y que pasó un tiempo en el desierto, Jesús regresó a Nazaret. Por el camino había iniciado su misión de anunciar la Buena Noticia de la llegada del Reinado de Dios, con palabras y con obras de poder, y la gente lo aclamaba por su sabiduría y sus obras. Siendo así, no fue raro que los organizadores de la sinagoga lo eligieran para leer el rollo de aquel día (Is 61, 1-3).
¿Cómo celebraban los primeros cristianos?
El libro de los Hechos de los Apóstoles, que narra la historia de los orígenes del cristianismo, nos enseña el papel tan importante que tuvo la sinagoga judía para la primera comunidad cristiana que estaba formada por judío-cristianos, que no rompieron inmediatamente con el judaísmo: los apóstoles eran asiduos a la oración en el Templo (Hch 2,46; Hch 3,1). También san Pablo, en sus viajes evangelizadores, llevaba la Buena Nueva de Jesús primero a las sinagogas de los judíos, y después se dirigía a los gentiles (Hch 13,15; Hch 17,10). Más adelante, el ingreso de “gentiles” (de raza no judía) al cristianismo, fue causa de ciertas insatisfacciones entre los cristianos venidos del judaísmo, y además los judíos se inquietaron por la adhesión de algunos prosélitos a la nueva doctrina y la influencia que los cristianos empezaron a ejercer en círculos judíos. No fue sino hacia el año 70 que los judíos reunidos en el Sínodo de Jamnia decretaron la separación entre judaísmo y cristianismo.
Sin embargo, en el plan de Dios, judíos y cristianos, paganos y creyentes, todos los hombres forman UNA sola humanidad a la que Él creó para la felicidad eterna, y a quienes tiene destinada la salvación. Pero la revelación de su plan de salvación, Dios la dio por etapas, primero a través del pueblo judío, y después a través del pueblo-Iglesia de Jesús. Pero es UNA sola historia de salvación, guiada y sostenida por el Único Dios.
Los orígenes de la liturgia cristiana
No es de extrañar que cuando se empezó a desarrollar la liturgia cristiana, se tomaran algunos elementos de la liturgia judía. La “iglesia” recibe su nombre precisamente del término griego “ekklesía”, que traduce la palabra hebrea “qahal” que quiere decir “comunidad” o “asamblea”, el lugar donde el pueblo se reúne para orar y estudiar. Al principio de la vida de la Iglesia, los creyentes se reunían para orar por la mañana y por la tarde – según la tradición sinagogal de oración con los salmos. (Hoy en día esta tradición continúa en la Iglesia en la “Liturgia de las Horas”).
Uno de los elementos que la Liturgia Cristiana tomó de la liturgia sinagogal fueron las lecturas bíblicas, destinadas a instruir al pueblo. Es interesante ver cómo hay elementos semejantes entre la liturgia cristiana y la judía, no sólo en algunas formas externas (arrodillarse, bendecir, imposición de manos), sino también en el contenido espiritua¿Sabes por qué sucede eso? Porque siendo Dios el Único Dios, el contenido espiritual es el mismo tanto para el Judaísmo como para el Cristianismo.
¿Qué sucede la misa con las lecturas?
En la Misa según el rito romano católico, las lecturas bíblicas nos acercan a Dios. Dios, nos va enseñando cómo es Él, cuál es su plan para nosotros, quiénes somos nosotros, de dónde venimos, a dónde vamos y por dónde debemos ir si queremos ser felices. Las lecturas pueden aburrirnos porque no conocemos la Biblia, porque estamos lejos del tiempo en que fueron escritas, y a veces ignoramos la forma de hablar de aquel pueblo tan distante en el espacio y en el tiempo
¿De qué partes de la Biblia vienen las lecturas que escuchamos en Misa?
- La primera lectura se toma del Antiguo Testamento
- El Salmo está tomado del Salterio en el que hay 150 salmos para elegir
- La segunda lectura se toma del Nuevo Testamento (ya sea del libro de los Hechos de los Apóstoles o de las cartas que los apóstoles escribían a las comunidades cristianas para explicar la Buena Nueva de Jesús).
- El Evangelio se toma de alguno de los cuatro Evangelios. En ellos Jesús nos sale al encuentro, nos enseña lo que hacía, lo que enseñaba, lo que sentía y lo que quería transmitirnos de parte de Dios.
Nuestra actitud al escuchar las lectura
De modo que las lecturas en la Misa, tienen un contenido “espiritual”. No se nos leen para aburrirnos con historias pasadas de un pueblo que ni siquiera es el nuestro. Cuando escuchemos las lecturas de la Misa, lo primero que debemos CREER es que lo que escuchamos es “Palabra de Dios”; no Palabra escrita para regañar, ni para dar datos sin importancia, sino Palabra de Dios que nos es dada cada misa como Buena Noticia.
En su Palabra Dios nos irá mostrando lo que Jesús leyó en la sinagoga aquel sábado de Nazaret, y de lo cual dijo “esta Escritura se cumple hoy”: Jesús vino enviado por Dios Padre, en el poder del Espíritu Santo, a anunciarnos una buena nueva, a vendar nuestros corazones rotos, a liberarnos de las cadenas del pecado, a sacarnos del calabozo de la tristeza, de la soledad, de la depresión; a darnos diadema de fiesta de alegría, en lugar de espíritu abatido.