La Biblia es un libro como ningún otro. Es un libro que nos presenta repeticiones, unos libros largos y otros cortos, cartas, historias hermosas como la de Tobías o el relato de José en el desierto, y a veces unas historias poco edificantes como las de los jueces, o algo duras como la de Job. Son historias varias, bonitas y feas, estilos diversos, anécdotas, pasajes que no animan ni inspiran, y otros que nos hacen llorar. Listas y listas de nombres. Muchas batallas, muchas normas raras, muchos consejos anticuados… tiene muchos más puntos en contra.

¿Cómo este libro que tiene tantos “errores” fue el primer libro impreso? ¿Cómo, teniendo tan mal estilo, ha sido traducida a casi 2500 lenguas? ¿Cómo es considerado el libro más leído de toda la historia? ¿Por qué se sigue leyendo y estudiando tanto? ¿Por qué siendo un libro tan imperfecto puede ser la Palabra de Dios?

Durante la pasada Cuaresma leí este texto que me llamó la atención en una de las lecturas de la misa. Decía:

“Así dice el Señor: «Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo.» (Isaías 55,10-11)”

Muy bonita la imagen, ¿pero es así? Algo curioso. Creo que, más que curioso, misterioso y muy verdadero.

La Iglesia tiene más de 2000 años y tiene dos grandes alimentos. En realidad, uno: Cristo. La Eucaristía, la que nos llena de una vida que no es de este mundo. Y junto con la Eucaristía, está esta Palabra Divina que nos alimenta el alma de una manera callada y sutil. La imagen que nos presenta Isaías es perfecta. La escuchamos y así como el agua hace su trabajo y hace florecer la tierra, así empapa la tierra de nuestro corazón y lo hace dar frutos.

Por esto quiero compartir contigo 3 razones por las que pienso que la Biblia es todo menos aburrida:

1.Cuenta la mejor historia:

Bien sabemos que la Biblia no será el libro con la mejor estructura ni con la mejor narrativa. Pero tiene ese hilo conductor a lo largo y corto de cada libro, desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Ese hilo conductor es este: Dios nos revela su plan de amor: salvar a los hombres. El Antiguo Testamento nos habla del mesías, tiene muchas imágenes y alusiones al nuevo Elías, al nuevo Moisés, al nuevo Adán, al Hombre Nuevo que es Jesús. El Nuevo Testamento nos habla de Jesús y Él nos revela su amor que llega hasta el extremo de dar su vida para salvarnos. Esta Palabra de Dios nos revela al Dios que se hace hombre para salvar a la humanidad, para salvarme a mí.

Ambos Testamentos nos transmiten este mensaje de Amor. Y de forma misteriosa, el que escucha la Palabra de Dios, escucha a Dios que habla en el corazón. Es Palabra de Dios. Es decir, Cristo mismo, el Verbo de Dios que hace resonar su voz en nuestros oídos y hace vibrar las fibras más íntimas de nuestro corazón al escucharlo.

2.Es 100% aplicable a tu vida

Es difícil explicarlo, pero esa Palabra tiene el poder de decirte lo que necesitas. Y tal vez aquello que leas, o que escuches, ya lo has leído o escuchado más veces, pero en el momento que necesitas te llega hasta el fondo del alma y arregla o da la solución o da la fuerza para enfrentar el problema que se presenta.

Hay un testimonio en internet de Teo González. Un comediante mexicano. Y cuenta cómo Dios en un momento difícil de su vida le tocó el corazón. Abriendo la Biblia al azar al llegar a un hotel lee: “Querido Teófilo (Hechos 1, 1)

Primero le interpeló y luego, leyendo lo demás, le llenó del consuelo que necesitaba. Cuenta cómo después de unos cuantos días se solucionó esa situación difícil por la que pasaba. Algo curioso además de esto, es que, contándole a unos amigos lo que ocurrió, estando llegando otra vez a un hotel, hizo lo mismo y al azar volvió a caer ese mismo pasaje.

3.Es Dios mismo el que te habla

¿Cuántas veces Dios nos quiere decir algo? Muchas veces Dios está deseando transmitirnos alguna gracia especial. Nos quiere animar, consolar, guiar, iluminar, acompañar, sanar. Porque Él es la luz de los hombres, Él es la vida del mundo, Él es el camino y la verdad, Cristo es el Pastor que nos guía y nos sana, es ese fuego que purifica. Cristo es Palabra viva y eficaz que quiere resonar en mí.

Pero, ¿cuántas veces le dejamos entrar en nuestro corazón?, ¿cuántas veces tomamos la Biblia y la leemos para ver qué nos dice el Maestro?

No endurezcáis vuestro corazón (Salmo 95, 8)

El Papa Francisco nos invita a acercarnos a la Sagrada Escritura:

“…qué sucedería si tratáramos la Biblia como tratamos a nuestro teléfono móvil, pensad en esto: la Biblia siempre con nosotros”.

Pero nos puede pasar que no dejamos que esa Palabra llegue a nosotros y Dios por más que quiere hacerse escuchar, no puede porque respeta nuestra libertad. Si leemos la Biblia poco y así Dios va actuando, ¿cómo será si dejamos que esa Escritura divina nos empape y llene de su gracia?

Dejémonos iluminar por la luz de la Palabra de Dios. El Señor nos quiere decir algo, quiere hacer de nuestra alma un verdadero paraíso de virtudes.

¿Quieres conocer esta Palabra, que es Cristo mismo? Revisa nuestros planes de lectura.

Leamos la Biblia y dejemos que nos transforme porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4, 12)