Hoy quiero compartir contigo 3 palabras clave en la Biblia:
- Amor
- aMOr
- amoR
Pero… “¡Yo veo ahí una sola palabra!”. Seguro piensas eso. Pero no y sí a la vez
Si hablas inglés y español, te puede pasar que a veces metes una palabra en inglés para expresarte en español. Lo hacemos todos: “Te voy a forwardear este mensaje” o “checa que todo esté bien” o incluso “tenemos que cumplir con el deadline”.
A veces sentimos que un idioma complementa al otro. ¿Tú crees que hay lenguas o idiomas que son más ricos que otros? ¿Que es más preciso uno u otro para algunas cosas? Hay quienes dicen que: el inglés sirve para los negocios,el español para hablar con Dios, el francés para el amor, y el italiano para la diplomacia.
Bueno, como quizás sabrás, el hebreo y el griego son las lenguas de la Biblia. La historia más bella jamás contada, y Dios quiso que se contara principalmente en hebreo y griego. Dos lenguas que se complementan en su riqueza.
Dios es sabio. Él eligió a un pueblo, el pueblo judío. ¿y qué hablaba este pueblo?…¡Lo adivinaste!: hebreo. Luego, después de volver de la deportación a Babilonia, la Biblia se tradujo al griego. Es impresionante ver que Dios eligió un pueblo cuyas lenguas eran muy, muy ricas. En ese tiempo no tenían ni YouTube, ni Snapchat, ni Coursera, ni Udemy para aprender cosas, para comunicarse. La lengua era el modo para transmitirlo todo. Entonces, si la lengua no era precisa, rica, amplia y jugosa, no había manera de transmitir fielmente las ideas.
En inglés y español, “amor” y “love” siempre se usan igual. Decimos: “amo a mi perro”, “amo a mi novia(o)”, “amo el chocolate”. Pero ellos tenían un idioma mucho más rico. El Papa Benedicto habla de esto en su primera encíclica, “Dios es amor”. (Si quieres conocer sobre esta encíclica te recomendamos este artículo: Queremos ama pero no sabemos cómo)
¿Qué diferencias hay en el lenguaje bíblico para el amor?
En griego, hay 3 conceptos para el amor: agape, filia y eros. El primero es el amor más perfecto, el amor comprometido con el otro, el que no se busca a sí mismo para nada.
Jesús, después de la traición de Pedro, estando junto con los discípulos junto al lago de Tiberíades, le pregunta: Pedro, ¿me “agapao”? (Jn 21, 15), o sea, me amas con amor desinteresado. Y Pedro, le responde: “Sí, Maestro, tú sabes que te “fileo.”Pedro le estaba diciendo que no, que estaba reconociendo que él aún no llegaba a la plenitud del amor, que su amor era aún corto.
Dicho esto, ¿qué es fileo? Es amor de amigo, pero aún no purificado por el interés que solemos tener por nosotros mismos, un amor quizá todavía un poco egoísta.
Hay todavía un amor más: eros. Sólo de verlo sabes que de ahí viene “erótico”, que es el amor placentero, propio del deseo humano de procreación y placer. Es el amor pasional y sexual. Ese amor, ¿cuántas veces crees que aparece en el Nuevo Testamento? Ninguna. “Ah, ya vienen estos curas a arruinar la fiesta”, podrías pensar. No, no, para nada.
El amor de eros también es creación de Dios, pero encargado en manos del corazón puro del hombre y mujer. Es un amor que puede acompañar a la pareja bien casada, la que se ha comprometido para siempre a amarse y respetarse. Pero debe ir acompañada antes de agapao y de fileo. La experiencia dice que si un hombre ama a una mujer y viceversa sólo con amor de eros, se van a destruir poco a poco, pues sin el agapao y el fileo, lo que hay es una “objetivización” de la persona, convertirla en “una cosa” para mi placer.
Cuando uno ama a la persona, siempre piensa más en el bien de ella que en el propio. Quiere todo el bien para ella, que viva, que triunfe, que destaque, que se hable bien de ella, que sea querida por otros también. En fin: que esa persona brille todo lo que puede brillar. Dada nuestra debilidad, las pasiones nos hacen a veces olvidar que “hay más felicidad en dar que en recibir” (Hch 20, 25). Que dándose es que Dios nos da, que amando uno es amado.
De ahí que la palabra “amor” en español o en inglés, o cualquier idioma moderno, requiere sabiduría del corazón para entenderla y saber que hay modos preciosos de amor y hay otros que nos van destruyendo. ¿Y tú cómo la usas?